(IPD) La disputa entre Apple y Samsung bien podría calificarse como una “riña de gatos”. Los últimos acontecimientos sobre los distintos litigios de patentes en los que están inmersos, vuelven a traer a la primera plana el asunto de las patentes y el uso ofensivo de las mismas. Es cierto que cuando miras un Samsung Galaxy SII, tienes la sensación de que la firma asiática, para concebir a su penúltima criatura estrella, cogió un “Iphone” y le inyectó “EPO” como para subir el Everest de espalda y sin botella de oxígeno. Es cierto que la “mecánica” de uso es similar, pero también es cierto que el publico, el último objetivo que deberían tener las marcas, recibieron al Galaxy SII y ahora el SIII, con los brazos abierto, y por supuesto, las carteras también Abiertas.
Apple es un rey que está viendo como ejércitos lejanos intentan escalar sus murallas y puede caer en el error de creer que es demasiado poderos para que los “invasores” pongan en peligro su reinado, pero lo que no puede olvidar, es que el flanco más débil de cualquier ejército, es el de la autocomplacencia.
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